TODAS LAS COSAS BUENAS

Hace algún tiempo, durante la campaña electoral que nos deparó la victorira del Psoe, me paré a reflexionar sobre las virtudes que un buen político debería atesorar. La primera que se me ocurrió fue la de que debería ser un hombre honrado en todos los sentidos, una persona que diga la verdad siempre por muy dura y amarga que esta sea.

También se me ocurrió que debería ser una persona seria, que no se dejase tentar por la demagogia, por el populismo. Una persona que no pretenda solucionar los problemas a los que una sociedad se enfrenta tan sólo con una sonrisa y con buenas palabras, sino con hechos.
Otra virtud que me pareció entonces y ahora imprescindible es la lealtad. Un político no puede anteponer sus intereses personales a los del partido al que representa, es más, yo creo que debe renunciar a todo lo que ha conseguido con el apoyo de su partido si este se lo pide.
En definitiva, para mí, un buen político tiene que ser un buen hombre.

Fijándome después en los dos principales candidatos a la presidencia, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy Brey me pareció indudable que el primero de ellos no reunía ninguno de estos requisitos, que para mí son fundamentales. Zapatero no es, en mi opinión, una persona honrada, pues durante la campaña ya pude comprobar que mentía al decir que no había negociado con Eta, y más tarde pude comprobar también esta falta de honradez con el cambio de discurso que el ministro de economía Pedro Solbes efectuó una vez ganadas las elecciones.
Tampoco Zapatero debería presumir de ser alguien serio, porque durante toda la anterior legislatura se ocupó sólo de intentar parchear los problemas artificiales que el mismo creó para desviar la atención de los verdaderos problemas que el país afrontaba y que ahora estamos pagando todos. Zapatero me demostró su falta de seriedad desde el principio de su mandato, cuando ordenó la retirada de las tropas españolas de Irak por puro populismo.

Ni siquiera Zapatero es una persona leal porque ha utilizado a su antojo a todos los miembros de su partido, retirándolos, renombrándolos y deshaciéndose de los que le resultaban más molestos.

Rajoy, en cambio, sí reúne los requisitos que he nombrado. Ha tenido que soportar el calificativo de desleal por vaticinar los problemas que ahora la economía española está sufriendo, y desde luego, propuso durante la campaña electoral y también tras ella medidas concretas y no parches para solucionar los estragos que la crisis esta haciendo en nuestra patria.
Pero, visto lo visto y según mi razonamiento, ¿podemos afirmar que Mariano es una persona leal?

Mucha gente les dirá que no. Que Rajoy pretende aferrarse al poder a toda costa y que no quiere dejar paso a gente nueva , gente que podría conseguir mejores resultados para el Partido Popular.

Otros les dirán que pretende renovar el partido (mal) , que no quiere renovarse a si mismo y que es un segundón.
Mariano Rajoy Brey a conseguido el segundo mejor resultado en la historia del Partido Popular (40,1% de los votos), superando en mucho a la primera victoria electoral de José María Aznar. Es más, en condiciones normales hubiera rozado la mayoría absoluta (Felipe González la consiguió con un porcentaje similar de votos).
¿Dónde ha perdido las elecciones el PP? Las ha perdido fundamentalmente en el País Vasco y en Cataluña, donde por primera el Psoe ha sido la fuerza política más votada en todas y cada una de las provincias de esas comunidades. Este es un punto para hacer una profunda reflexión sobre lo que se ha hecho mal.

En primer lugar tengo que decir que no es pecado acercarse a partidos nacionalistas o regionalistas moderados como pueden ser CIU (con quien Aznar tuvo que pactar en su día) o Coalición Canaria, con quien el PP gobierna en aquel territorio insular.
María San Gil es una persona que merece todo mi respeto, toda mi confianza y toda mi gratitud por el "peligroso" trabajo que ha realizado en el País Vasco. Pero hemos de ser conscientes de que los resultados del PP en el aquella región de España han sido nefastos, por lo que, en mi humilde opinión, no está en condiciones de pretender imponer criterios estrictamente personales respecto a la política a desarrollar en aquella Comunidad Autónoma, ni para decidir de un modo total o acabado sobre quienes tienen que ser las personas que acompañen a Mariano Rajoy en esta nueva etapa en el PP.

Para mí, Mariano Rajoy reúne todas esas cosas buenas que un líder político ha de atesorar y además, el tiempo le ha dado la razón en los puntos fundamentales que lo enfrentaron a Zapatero, demostrando que el de León es poco más que un pobre populista que ha ganado unas elecciones con la sonrisa en la cara y la mentira en la boca y el corazón.
Por todo ello, y para terminar, yo les pido a todos los votantes y simpatizantes del Partido Popular que sigan confiando en ese maravilloso político que es Mariano Rajoy Brey, presidente de nuestro partido, y no les cause ninguna duda, próximo presidente de España.
Un saludo a todos, compañeros.

suso